Reflexion: Baraka (1993)

 

Reflexion: Baraka (1993)

Por: Nicolás Quiñones Zamparelli

            La película Baraka presenta una imagen de la condición humana envuelta en la tecnología, el avance, y la destrucción, en contraste a su otro fas del arte, la cultura, la religión, y la creación, mientras mantiene una conexión con el mundo animal y natural del cual originamos y nuestra separación a él, y en al igual de nuestra humanidad. Con las imágenes, las cuales se ponen en contraste constante a través de la película, cambiando constantemente entre los natural y rural, a lo urbano y tecnológico, se presenta una imagen sonora y intimidante del estado de nuestra condición en la época moderna y la condición de la cual provenimos. En torno, con los patrones de movimiento y actitud que se enseñan en ejemplos del mundo animal y el humano se hace una conexión entre el humano moderno y los animales silvestres. Los contrastes entre los rural y natural, lo que algunos verían como la humanidad, es decir nuestra conexión entre unos a otros y al mundo natural, y lo urbano y moderno genera la visualización apropiada de la condición humana y como ha evolucionado. Al mismo tiempo al enseñar directamente escenas silvestres y naturales para colocarlas en contraste con fabricas de la industria agraria, minas, y vertederos nos provee una visión de lo lejos que nos hemos separado de nuestra humanidad natural, mientras vemos que aun en nuestros rituales diarios, sean religiosos, laborales, o recreativos, aun no hemos logrado dejar atrás nuestra naturaleza animal.

            La película abre con imágenes de rituales religiosos a través del mundo, variando entre los hindú, hebreos, católicos, ortodoxes, musulmanes, y otras religiones tribales o de minoría las cuales son menos conocidas, muchas de las religiones se presentan en escenas de poca tecnología, poca densidad poblacional, con la excepción de La Meca y algunos otros, y de poca urbanización. Este comienzo permite que el espectador entre de manera calmada a la experiencia, pero también permite generar un estado de menta calmado y sonoro, el cual se rompe al ver las escenas más energéticas y urbanas que empiezan a aparecer, con calles llenas de tráfico, trenes llenos de pasajeros, y mientras se mueve la película, fabricas, fincas industrializadas, vertederos, pobreza, sobrepoblación, minas, y maquinas de guerra. Al destruir este estado de mente sonoro, remplazándolo con uno ansioso y energético, para entonces dar uno sombrío y triste, ayuda que el espectador se conecte al mensaje dándole énfasis. Vemos una condición humana con contrastes drásticos, la cual se manifiesta en estos contrastes drásticos de imagen, audio, y emoción, la evolución de nuestra condición desde las culturas antiguas ya en la ruina, a la era moderna mecanizada y desconectada de nuestras raíces ancestrales.

            Entre todas estas escenas también se ven animales en su estado natural, volando en formación, descansando, iguanas posadas en riscos costales, todos tomando parte de sus propios rituales y actividades. Esto crea un contraste y una semejanza sutil a las escenas humanas, donde vemos a humanos haciendo lo mismo individualmente o en masa. Escenas de humanos entrando y saliendo de trenes en las estaciones, trafico por las calles de las ciudades, gente caminando por las aceras y cruzando calles, personas mirando a puntos distantes y contemplando pensamientos los cuales no se comparten en la película, todo esto crea una semejanza casi idéntica a los animales que vemos en la naturaleza, de una manera enseñándonos que no importa lo que cambie, siempre seremos animales. La película instantáneamente decide poner este pensamiento bajo ataque, enseñando fincas en las cuales los humanos actúan como maquinas, sin importarle los animales con los que trabajan y fabricas en las cuales los humanos se han convertido solo piezas de una gran maquina industrial bajo la repetición constante. Aun más nos lleva a la orilla de la creencia en nuestro origen animal, enseñando la pobreza en los pobres que hurgan los vertederos por escombros útiles y enseñándonos las maquinas de guerra que hemos creado y su finalidad destructiva, las escenas de minas de tamaños gigantescos, cráteres del progreso industrial que cubren millas y millas de terreno. Todo para entonces volver a enseñar los templos arruinados y los aun habitados, una manera de antes de que olvidemos el mensaje de nuestro origen animal nos acordemos de ello, arrastrando al espectador hacia la serenidad con la cual comenzó la película.

            La experiencia general de la película es una que lleva un camino diseñado por el director, pero lo que el espectador seque de esa experiencia y como la interprete varia sutil o drásticamente dependiendo al individuo. Su mensaje se hace claro de manera muy sutil, sin contener dialogo alguno, solo una experiencia audio visual la cual es artísticamente generada para el propósito de convenir su mensaje. El contraste que se establece a resultado de esto y los elementos previos genera un discurso mental sobre nuestra experiencia como humanos y nuestra naturaleza interna hondo y significativo. La película permite un análisis detallado de los funcionamientos de nuestra sociedad, sus idiosincrasias, y sus aspectos en diferentes niveles sociales y culturales. Esto es gracias al dicho contraste entre lo rural y natural con lo urbano y tecnológico, al igual que por el contraste de la humanidad con el mundo natural.


Referencias:

 

Magidson, Mark. Baraka. Amazon Video, The Samuel Goldwyn Company, 1992, https://www.amazon.com/-/es/Ron-Fricke/dp/B00AO9NDY2/ref=sr_1_1?__mk_es_US=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&crid=BNQS4RQQSETE&keywords=baraka&qid=1639714826&sprefix=baraka%2Caps%2C121&sr=8-1. Accessed 17 Dec. 2021. 


Comentarios